Angels-Cayero realizando un voluntariado

Àngels Cayero

Experiencia en Viena

Hola! Hallo!
Os escribo desde la capital austriaca, donde vivo desde septiembre pasado.

Me fui porque considero que hay mucho para ver y aprender de este mundo, y Viena es definitivamente una buena ciudad para vivir y trabajar. Además, tal y como se planteaba la educación en aquellos momentos en Cataluña, consideré que la mejor opción era salir a ver mundo.

Gracias a Travel Work, empecé a hacer unas prácticas en una escuela internacional como profesora de español. Enseñaba esta lengua a los alumnos de entre 16 y 18 años y supongo que como me veían joven, tanto ellos como yo nos relajábamos un poco e intentábamos hacer las clases más divertidas.

Durante los tres primeros meses, mi idea era encontrar un trabajo de maestra de español en alguna otra escuela. Así que recorrí la ciudad repartiendo cv’s, una manera muy curiosa de hacer turismo. Además, aproveché para visitar otras ciudades del país como Salzburgo o Innsbruck y ciudades cercanas como Budapest. Una de las cosas que más me gustan de Austria es que está rodeado de muchos países y el transporte público aún te lo pone más fácil para acercarte.

Debo decir que la calidad de vida que hay en Viena y la majestuosidad que la caracteriza me atrajeron desde el primer momento por querer quedarme. Luché y perseguí mi único objetivo que tenía entonces: conseguir un trabajo. No os mentiré, tuve momentos flojos y pesimistas al ver que pasaba el tiempo y yo quizá tendría que volver a tierras catalanas tal como me fui.
Pero supongo que todo el mundo encuentra lo que busca, y en diciembre, justo una semana antes de Navidad, la escuela internacional donde estaba haciendo las prácticas me ofreció un trabajo como «Instructional Assistant» con los alumnos de 5 añitos. Esto significa estar en el aula con otra maestra, llevando a cabo las actividades programadas.

Me hicieron una entrevista, y después de unos días de espera y nervios, me es muy difícil describir el momento que me dijeron que me cogían. Un poco más y ahogo la directora por el abrazo que le hice …

En la escuela internacional sólo hablamos inglés, y éste quizás es un punto flojo de mi estancia vienesa, ya que no tengo demasiado oportunidad de practicar el alemán. Sin embargo, hago clases particulares por mi cuenta y también puedo hablar con las compañeras de piso, ya que una es de Alemania, el otro de Suiza y la tercera es austriaca. Los amigos nos dicen que nuestro piso parece la ONU!

Además, cada vez me siento más integrada en la ciudad, y eso significa que hago cosas que también haría en Catalunya, como ir al gimnasio, aprender música y sobre todo mezclarme con la gente local: hecho que encuentro importantísimo para saber cómo y por qué viven como viven. Mantengo muy presente aquello de: «Allá Donde fuera, haz lo que Viera», y por lo tanto imito lo que hacen las personas de mi alrededor para no actuar de manera inapropiada. Además, muy a menudo nos encontramos unos cuantos catalanes que vivimos en la ciudad y que gracias al Casal Catalán de Viena nos hemos conocido.

Ahora me dedico a aprender, aprender y aprender. Esto es lo que llevo haciendo desde enero que comenzó mi contrato, y que seguiré haciendo un año más, ya que me han ofrecido quedarme el curso que viene. Así que estaré una temporada más en Viena, donde a pesar de que el invierno y la nieve no son de mi gusto, la ciudad y su gente me han convencido lo suficiente para decir que sí. La foto que adjunto es en la escuela durante el «Teacher Appreciation Day», un día en el que los alumnos y sus familias agradecen los maestros por su trabajo llevándolos flores. Uno de los días más especiales que he pasado en la escuela!

En fin, esta es mi experiencia: marchar, luchar, encontrar, disfrutar y aprender. Es verdad que echo muchísimo de menos a mi familia, pero que sin ella no hubiera hecho lo que he hecho y definitivamente no hubiera llegado hasta aquí. Y por supuesto las amigas y mi gente, que aunque están lejos siempre están conmigo.

Así pues, animo a todo aquel que está leyendo estas líneas y que tiene en la cabeza una mínima idea de marchar, que no dude, que hay mucho para ver, aprender y que … por lo que luchas, hay una recompensa.

Auf wiedersehen!